De París al mar

Del 27 de marzo al 5 de julio de 2009, en el Brooklyn Museum de Nueva York

Comisarios: Judith Dolkart, Dorothee Hansen, Anne Birgitte Fonsmark y Gry Hedin

Organizan: Brooklyn Museum, Ordrupgaard y Kunsthalle Bremen

Tras acoger en 1977 la primera muestra dedicada a Gustave Caillebotte en América, el Brooklyn Museum neoyorquino presenta, a partir del próximo 27 de marzo, la mayor exposición organizada en treinta años en torno a la obra de este impresionista francés, uno de los artistas menos conocidos del movimiento. Partiendo del análisis de algunas de sus vistas urbanas y de sus paisajes más conocidos, esta exhibición abordará por primera vez el modo en que esas pinturas expresan el interés de Caillebotte por el agua como elemento mágico y enigmático capaz de reflejar lo que le rodea y de cobijar actividades de todo tipo confiriendo a las escenas desarrolladas en torno a ella una atmósfera especial.

Frente a trabajos como The Floor Scrapes, The Pont of Europe o House Painters, que desvelan la fascinación del creador de París por la vida cotidiana en las calles de su ciudad y por los avances urbanísticos que en ella se producían, encontramos piezas, como Skiffs on the yerres (1877) o Regattas at Villers (1880), que demuestran la importancia dada en su producción al minucioso estudio de la naturaleza, la luz, el agua y sus reflejos. Dos de las obras expuestas proceden de la propia colección permanente del Brooklyn Museum y atestiguan el esfuerzo de Caillebotte por indagar en los nexos de unión entre los universos rural y urbano; se trata de Bridge at Argenteuil (1885-1887) y Apple Tree in Bloom (hacia 1885). La mayoría de las pinturas que se exhiben en esta muestra, no obstante, han sido cedidas por coleccionistas privados y museos internacionales, que han prestado también para la ocasión fotografías, dibujos, bocetos, e incluso proyectos de barcas que Caillebotte, formado como ingeniero y abogado, diseñó.

Perteneciente a una adinerada familia de clase alta, este pintor recibió sus primeras lecciones de arte en el estudio de León Bonnat tras realizar su servicio militar durante la Guerra Franco-Prusiana. Pese a su juventud y sus relativamente escasos conocimientos artísticos, pronto fue capaz de articular un lenguaje coherente y personal valorado por los miembros del naciente grupo impresionista, junto a los que participó en las exposiciones colectivas que se celebraron en las décadas de 1870 y 1880. Mantuvo con sus aportaciones económicas a varios de sus compañeros y coleccionaría diversos trabajos de Renoir, Monet, Degas, Sisley y Pissarro. La exposición que hasta el 5 de julio permanecerá abierta en el Brooklyn Museum pudo contemplarse con anterioridad en el Ordupgaard de Copenhague y en Kunsthalle Bremen.